AQUERONTE

Con esta nueva pintura rupturista Nix Ruo sigue emprendiendo su contienda con la percepción. Nos invita a ver donde no se ve. Apelando directamente a la sensorialidad. A través de su serie "Teogonía Plástica" nos empuja a descubir los signos del espíritu en el arte donde todo dolor encuentra su consuelo.
por Nelson Iraola

AQUERONTE de NIX RUO
Acrílico sobre Lienzo de 120 x 100 cm
Esta pintura, muy trabajada, expresa una sensibilidad diferente, como una pequeña semilla de la trascendencia que surca un porvenir desconocido, echando un poco de luz sobre las tinieblas del corazón humano. Nix Ruo nos muestra que en las épocas difíciles se descubren fortalezas escondidas en la cara oculta de nuestra personalidad. Con libertad creadora va desmantelando en el plano emocional ese estado de cautiverio de los problemas que nos acucian en lo cotidiano, y a la vez, refleja el crecimiento de un lenguaje artístico intenso.

Como decía Edvard Munch -“No creo en el arte que no se haya impuesto por la necesidad de una persona de abrir su corazón. Todo arte ha de ser engendrado con los sentimientos más profundos, el arte son los sentimientos más profundos”.
Es interesante también el nombre de la pintura. Es el nombre de un río. No es el nombre de una persona, un héroe, una ninfa o un dios, sino simplemente río. No es un río cualquiera. Sino uno que encierra un simbolismo cultural sobre el pasaje al más allá luego de la muerte. 

El río es la principal metáfora del cambio y el agua de lo inasible, de lo que se escapa, de lo que no puede asirse permanentemente. El agua fluye. Heráclito, el filósofo, dice en alguna parte que todas las cosas se mueven y nada está quieto y comparando las cosas existentes con la corriente de un río dice que no te podrías sumergir dos veces en el mismo río.

Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río porque el río siempre está cambiando y las aguas siempre son otras. Aguas que provienen y devienen, aguas que preceden y continúan, aguan que nunca se repiten. No hay un punto fijo. No hay puntos. Nada está fijo. Solo devenir. Todo fluye y nada permanece. Para muchas creencias el río es como un lugar de curación, no un lugar de castigo, limpieza y purificación de las personas.

"El contacto con las obras de Jung me hizo entender el rol de la mitología y el sentido del arte como expresión del drama cósmico. Pintar es una función de posibilidad transformadora de miedos, de dudas, de incertidumbres y de oscuridad" dice Nix Ruo.



El Mito:


El río Aqueronte es un río situado en la región de Epiro en el noroeste de Grecia. Su nacimiento se sitúa cerca del pueblo Zotiko, en la parte sudoeste de la unidad regional de Ioánina en el már jónico en Ammoudia, cerca de Parga.
En la mitología griega, el río Aqueronte, también conocido como el Río del Dolor, es uno de los ríos que fluyen en el Inframundo, y el lugar de castigo para muchos espíritus. El río Aqueronte es uno de los cinco ríos que fluyen en el Inframundo, junto con los ríos Estigia, Cocito, Flegetonte, y el Lete. Los recién muertos serían cruzados por Caronte para entrar al inframundo. Ningún barco podía pasar por sus aguas excepto la barca de Caronte, era quien se encargaba de acceder por este medio para entregar las almas de los muertos a cambio de óbolos, las monedas de ceniza que tenían los fallecidos en sus oios con la finalidad de pagar la travesía. Como una obsesión, el mito caminó por todas las artes y habita cada corazón cuando el dolor toca lo irreparable.

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