ATÉ: la fatalidad en modo de diosa

Nix Ruo sigue innovando en su "Teogonía Plástica" del siglo XXI con pinturas que llevan nombres de dioses o diosas de la mitología griega. Esta vez bautizó a su pintura con el nombre de ATE, que en griego antiguo se refiere a ‘ruina’, ‘insensatez’, ‘engaño', ‘mal’, ‘injusticia’, ‘locura ciega’, ‘acción precipitada’, ‘ceguedad de espíritu’; ‘extravío fatal’, ‘calamidad’, ‘desgracia', ‘azote’; ‘falta’, ‘crimen’.
ATE - Nix Ruo
 Lienzo 1,80  x 1,20 - Acrílico 
El artista argentino se orienta a trabajar en un proyecto que pretende fusionar el arte, la mitología y el psicoanálisis. Su objetivo final: la creación de una sociedad mejor a partir de resignificar el "origen de los dioses".

ATE Era una diosa maligna de carácter alegórico que personificaba la pérdida de la razón y la confusión del alma, la ofuscación y la pasión ciega; la venganza, la injusticia, la perversidad, la fatalidad, el mal como condición humana o el arrebato y el extravío de la irreflexión. 

Los griegos creían que flotaba a la altura de la cabeza, sin tocar el suelo. Instigada por Hera, usó su influencia sobre Zeus para que éste jurase que el día que naciera un mortal descendiente suyo, éste sería un gran gobernante. Hera inmediatamente retrasó el nacimiento de Heracles y provocó el de Euristeo prematuramente, logrando así que éste obtuviese el poder destinado al primero.

Encolerizado, Zeus la arrojó del Olimpo a la tierra para siempre, prohibiendo que volviese. Até vagó entonces por el mundo, pisando las cabezas de los hombres en lugar de la tierra, provocando el caos entre los mortales. 






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