Nix Ruo nos trae esperanza con una nueva obra para incrementar su Teogonía Plástica en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio que transita la Argentina luego del aquel 11 de marzo de 2020, cuando la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS), declaró el brote del nuevo coronavirus como una pandemia.
por Maximiliano Florencio
Director de CAMARGO 1020
ESPACIO DE ARTE
Hyperion de Nix Ruo Acrílico sobre Lienzo 120 x 120 |
La paleta intensa de colores de Nix Ruo nos acerca una nueva alegoría. Una obra que expresa rasgos de honda profundidad. Con una textura vehemente en un tipo de configuración enérgica. Manejando de una manera especial un pathos (*) penetrante. Propios del tiempo que como sociedad global estamos transitando. Con el correr de los días, se constató la propagación de casos del nuevo coronavirus COVID-19 en numerosos países de diferentes continentes, llegando a nuestra región y a nuestro país. Sin embargo, el arte transforma e interpela una vez más en medio de las crisis.
Sabemos que Nix Ruo no elige los nombres de sus pinturas al azar. Cada pieza de su "Teogonía Pástica" tiene una razón de ser que cobra sentido en su cosmovisión dinámica de la estética abstracta.
Ahora, a esta nueva pintura le dado nombre de Hyperión que viene del griego que significa “el que mira desde arriba“. Es decir que en esta oportunidad nos invita a descubrir a uno de los dioses primordiales de la cultura occidental. Hyperión era uno de los Titanes, hijo de Urano (cielo) y Gaia (tierra). Él representaba la luz, la sabiduría y la vigilancia. Era el padre del sol, la luna y el amanecer. El dios de la luz.
Fue el primer titán que manejo el carro solar, logrando viajar con aquella esfera de fuego que daba luz y calor a la tierra por el cielo donde reinaba el Eter. Y así como en todos los cultos, a Hyperión se le otorga el nombre de “el que todo lo ve”, lo que lo convirtió en el titán del cuidado, la vigilancia y la observación.
Fue el primer titán que manejo el carro solar, logrando viajar con aquella esfera de fuego que daba luz y calor a la tierra por el cielo donde reinaba el Eter. Y así como en todos los cultos, a Hyperión se le otorga el nombre de “el que todo lo ve”, lo que lo convirtió en el titán del cuidado, la vigilancia y la observación.
Hyperión ha dado al hombre el don de la vista. Tal vez, esa sea la actitud para "observar" el mundo de estos días: ciudades vacías con menos contaminación ambiental, temor social, muerte de ancianos mayores, sistemas de salud colapsados en países de la Unión Europea y todos preguntándonos sobre el sentido de la existencia. La finitud. La vida. La muerte. Todo por un virus... invisible que contagia por el tacto. Sencillamente por tocar. Todo cumple un ciclo.
En la mitología ancestral el movimiento del Sol y de la Luna sobre el cielo fue lo que dio paso del orden al mundo, como también así los ciclos diarios del Sol y los ciclos mensuales de la Luna que se mueven sobre las constelaciones puestas sobre el cielo por su hermano Crío lo que le dio origen al calendario. De esta manera, Hyperión al viajar sobre los cielos permitió relacionar a los hombres los ciclos de la vida en las estaciones meteorológicas; lo que hace que se vuelva el titán de la sabiduría y la comprensión.
(*) En la crítica artística la palabra pathos se utiliza para referirse a la íntima emoción presente en una obra de arte que despierta otra similar en quien la contempla. Representa una apelación a la emoción del público, a su empatía, provocando sentimientos que ya residen en él.
(*) En la crítica artística la palabra pathos se utiliza para referirse a la íntima emoción presente en una obra de arte que despierta otra similar en quien la contempla. Representa una apelación a la emoción del público, a su empatía, provocando sentimientos que ya residen en él.
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