"CEIX": Del ver al sentir

Nix Ruo vuelve a sorprendernos con una nueva obra que surge en tiempos de pandemia. Es decir, de aislamiento social y de futuro incierto. Ha bautizado este nuevo cuadro con el nombre de "CEIX DEL VER AL SENTIR" que se incluye en su conocida serie "Teogonía Plástica".

CEIX DEL VER AL SENTIR
Acrílico sobre lienzo de 120 x 120 cm

Nos presenta nuevamente la pintura por la pintura. Y así, cualquiera, que se haya acercado o se acerque ahora al conjunto de su obra no podrá por menos que terminar descubriendo, y más pronto que tarde, por bajo el álgara ilusoria del aparente motivo oscuro del cuadro la absoluta condición protagonista de la libertad, la mancha, el color y la composición. 

El juego de contrates y encuentros de las escindidas al tiempo que inseparables superficies –mucho más, en su consustancial unidad– que, dando un paso más, en la confirmación de su concepción del cuadro –técnica, trazo, color y soporte– como realización global en y desde todos sus elementos, de buena parte de las creaciones de sus últimos meses; o en esos digamos, pese a lo inadecuado probablemente del término "asilamiento por pandemia", nacidos de una fuerza emocional si en tantas ocasiones desentrañador de fuera a dentro, vuelto en ellos, en camino inverso, revelador genésico del propio interior de lo pintado. 
En el Taller de Nix
Con su obra "Ceix del ver al sentir"

De esta manera, la técnica de Nix se afirma en lenguaje propio, al adentrarse más en la cosmogonía del acrílico, en los espacios ausente, los reflejos cromáticos, los silencios de sentidos y soledades de la espátula, en los que las armonías cromáticas, los lirismos y la poética plástica alcanzan mayores dosis de sublimidad. En esta pintura de CEIX podemos ver su expertis como cazador de instantes y detalles en fecunda alianza de la herencia occidental con la sensibilidad del mirar extremo de la mitología.




MITO de CEIX

En la mitología griega, Ceix era un rey de Traquis en Tesalia, hijo de Eósforo. Se casó con Alcíone, hija de Eolo, el señor de los vientos. Formaban un matrimonio tan feliz que acabó despertando la envidia de los mismos dioses. Ovidio en sus Metamorfosis nos cuenta que los amantes llegaron a compararse en su gloria a Zeus y a Hera, lo que que no les facilitó las cosas a ojos de las divinidades del Olimpo. En un momento determinado, Ceix se vio obligado a marchar a Claros (Jonia) a consultar un oráculo. En plena travesía marítima, el celoso Zeus envió un rayo a la embarcación que provocó su naufragio y la muerte de Ceix. Morfeo reveló poco después en sueños la suerte de su esposo a Alcíone, que quedó sumida en el desconsuelo. Supo además por el dios el lugar donde las olas habían arrojado el cadáver de Ceix. Cuando lo tuvo ante sí, se suicidó arrojándose al mar. Los dioses, movidos por la compasión, decidieron metamorfosear a la desdichada pareja en unas aves de voz lastimera: los alciones, más conocidos como martines pescadores. Zeus, apiadado también de ellos, ordenó que los vientos se calmasen durante los siete días que preceden y los siete que siguen al solsticio de invierno, que es cuando los alciones incuban sus huevos. Son los "días del alción", que no conocen las tempestades.

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