El histórico palacio inglés "The Buenos Aires Western Railway Co. Ltd." hermoso edificio del siglo XIX diseñado por el Arq. John Doyer, hoy conocido como "Palacio de Once" en referencia a la vecina estación del tren, ubicado frente de la plaza de Miserere, fue intervenido virtualmente para convertirse en un nuevo recinto del arte contemporáneo en en tiempos de Covid19 impulsados por la Asociación Civil CEDyAT.
por Maximiliano Florencio
El mundo entero se enfrenta estos meses a una de las situaciones más complejas de los últimos tiempos. La expansión del coronavirus ha obligado a los gobiernos a tomar medidas excepcionales que pasan por el aislamiento de gran parte de los ciudadanos en sus casas así como el cierre de escuelas, universidades entre otras instituciones culturales, también las exposiciones de arte.
Ante esta situación anómala, y aunque sabemos que nada es comparable con la experiencia de entrar en una gran pinacoteca y deleitarse frente a sus magníficas obras, ya hemos visto cómo hay alternativas para no renunciar por completo al arte, aunque tengamos que hacerlo sin salir de casa. Para ello, nada como recurrir a Google Arts & Culture, que desde que nació en 2011 nos permite entrar desde nuestros dispositivos a las salas de exposiciones más prestigiosas del mundo entero. Ahora, sirve también para aprovechar las propias iniciativas que han puesto en marcha cada una de las instituciones impulsoras del arte y cultura en la Argentina como el CEDyAT para seguir nutriendo la sensibilidad de su comunidad en medio de la pandemia.
En ese contexto, de una vida 100% digital, desde ese histórico Edificio podremos contemplar la última producción del artista que pinta mitos. Veremos dentro de este hermoso hall, con iluminación natural y cerámicas provenientes de Gran Bretaña hace dos siglos, ofrece una propuesta creativa individual y virtual, a iniciativa del área cultural de la Asociación Civil que impulsa esta dimensión desde hace más diez años.
Rehabilitado para convertirse en una estación general del arte contemporáneo, el palacio Once de Setiembre se presenta en medio del ruido de la ciudad, en la calle de la Bartolomé Mitre y Avenida Pueyrredón con sus locales de ventas de todo tipo de cosas. Pero al ingresar nos transporta directamente a otro universo de tiempo y espacio. Acontece por su mágica arquitectura espaciosa propios de un tiempo donde los ámbitos eran representación simbólica de las busquedas y los sueños.
En la planta baja del palacio, se ingresa por una escalinata imperial de mármol que conserva un aire ostentoso, mientras que la decoración de tonos pasteles y sobria de las plantas superiores realza las obras mitológicas expuestas virtualmente en las plantas superiores.
La obra de Nix Ruo “Teogonía Plástica del Siglo XXI", presentada en Taormina (Italia), en la Exposición de la Legislatura de Buenos Aires (Argentina), en el Centro Cultural Pasillo al Fondo (Buenos Aires), en el Espacio de Arte Camargo 1020 (Buenos Aires) como así también en las Universidades de USA y de la Unión Europea impulsada por la Asociación de las Olimpíadas Internaional de Filosofía. Ahora se exhibe gratuitamente on line para el disfrute estético. Su obra nos sumerge más allá de la realidad en el universo dinamo de los colores exactos que se conectan con nuestra intuición al obsevar su obra desde diferentes perspectivas. Sus pinturas tienen un magnetismo especial. La vibración de los colores y las distintas composiciones de gran fuerza expresiva impactan sobre la vista del visitante virtual. Imbuidos en sus impresiones plásticas de las huellas que los mitos dejan al ser conocidos y reconocidos esos cuadros nos dicen cosas están hablándonos. Esta revelación de la subjetividad hecha pintura reiteradamente nos expande la conciencia de lo no dicho.
“El arte no es una creación inutil de objetos, sirve al desarrollo y sensibilizacion del alma humana. El arte es el lenguaje que habla al alma de las cosas que son para ella, el pan cotidiano, que solo puede recibir de esa forma” Vasili Kandinsky.
Nota del Editor: A fines del siglo XIX, América aparecía como tierra de promisión. En el continente, la Argentina se presentaba como un país que estaba recibiendo grandes contingentes migratorios europeos, entre los que se contaban profesionales, técnicos y mano de obra proveniente de un variado grupo de nacionalidades. Cada una de ellas dejaron obras de ingeniería y arquitectura que hoy son parte indisoluble del patrimonio cultural argentino. Entre estos profesionales merece destacarse el conjunto de ingenieros y arquitectos holandeses formados en diversas academias y escuelas de su país de origen y con experiencias de trabajo en Europa, Asia y otros países de América. El hoy Palacio Once de Septiembre es una de las tres más importantes terminales ferroviarias de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Inaugurada el 20 de diciembre de 1882, está ubicada en el barrio de Balvanera en inmediaciones de la Plaza Miserere. Denominada comúnmente Once, su nombre conmemora el 11 de septiembre de 1852, día de la rebelión de la provincia de Buenos Aires contra el gobierno federal y posterior secesión de la Confederación Argentina. De estilo neorrenacentista, lel Palacio Inglés de Once fue construido por el arquitecto holandés John Doyer (1862-1939) entre los años 1895 y 1907. El arquitecto John J. Doyer (1862-1939) había nacido en Livolle y cursado estudios en las academias de arquitectura de esta ciudad y de Amsterdam, entre 1885 y 1888, donde finalmente se graduó. Viajó a la Argentina en 1888, y realizó varios trabajos en colaboración con el arquitecto Lavigne. Proyectó distintas obras para The Buenos Aires Western Railway Co. Ltd. –ex Ferrocarril del Oeste–, entre las que se encuentran la Estación Ramos Mejía (1905), la Estación Once de Septiembre (1896), algunos edificios de los Talleres de Liniers, etc. También le pertenecen la Estación Terminal de Bahía Blanca del Ferrocarril Pacífico (1908); la Oficina Central y varias sucursales de la antigua Cooperativa Telefónica, así como numerosos chalets en los alrededores de Buenos Aires y Mar del Plata.
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