EL ESCUDO DE AQUILES: Lo que está detrás

La obra de Nix Ruo es un ejercicio permanente de perturbación de la conciencia como dispositivo de interrogación que explora respuestas sin que estas tengan que derivar en la esterilidad de las certezas. Tal vez por ello, en el trato directo con sus obras, aflora esa deliciosa sensación de extrañeza que el arte contemporáneo ha presentado en muchas de sus modalidades de existencia. 
Por Joaquín Marcos

"El escudo de Aquiles" de Nix Ruo
Acrílico sobre lienzo de 150 x 150 cm

"No es necesario que un color se presente en una forma determinada. 
Incluso no es deseable. Lo importante es tener la posibilidad de extenderse. 
Cuando alcanza un punto que se encuentra fuera de sus límites. 
Entonces puedes decir que el color respira"  
Pablo Picasso.

La conocida Teogonía Plástica disfruta de dos grandes rasgos personales: por un lado, su apasionamiento denodado registrado en las paletas cromáticas; por el otro, su esencial comprensión y entendimiento de las estructuras semánticas de las obras clásicas. Realidad que lleva a Nix a producir una suerte de consumación de una "écfrasis inversa", es decir de una narrativa multicolor sobrada de emocionalidad y de infinitas posibilidades en el discurrir de la tropología con sus diversas asociaciones de sentido.

El 1 de Mayo de 2021, Día Internacional del Trabajo, en medio de la Pandemia del Coronavirus, Nix Ruo nos presenta su nueva obra "El Escudo de Aquiles" narrado en La Ilíada, en el canto XVIII, donde Homero relata qué tipo de relieves labró Hefesto para el arquetipo de héroe. 

Semejante título para esta nueva obra cobra particular sentido en tiempos de Covid19 cuando una segunda ola azota a la Argentina. 

En esta nueva entrega, Nix Ruo nos presenta una visión desde su propia Teogonía: esta dinámica constante en la cultura occidental, el ir y venir de las dimensiones imaginarias que configuran una serie de pinturas que profundizan la exploración del color, pero al mismo tiempo se alzan como un juicio propio acerca de la autonomía y el espíritu que cada mito contiene en una disputa antropocéntrica que concilia orígenes múltiples y la experiencia subjetiva en el mundo actual.

El escudo es el arma defensiva activa, es decir que todavía se utiliza, más antigua. Su principal tarea es de proteger a quién lo usa de las armas ofensivas y ante un ataque. Sin embargo, fue en mayo del 2018, cuando Nix nos había anticipado el rol del dios obrero y metalúrgico, que cumpliría un papel fundamental forjando el Escudo.

Esta obra manifiesta un sistema de valores que parece resguardar el lugar de la trascendencia, su pertinencia y su eficacia frente al anuncio sistemático y cansino de sus tantísimas defunciones. La disposición de los elementos utilizados, el relieve junto al foco lumínico y los mínimos -casi imperceptibles- detalles, se traducen en un espacio contingente en el que la lucidez decantada gestiona un horizonte de complicidad con las construcciones del incosciente colectivo.

Así, la pintura del artista tiene un ligero tinte mágico por la evocación de lo onírico, donde se construye una realidad itinerante que busca identidad, un espacio sublevado que nos pertenece a todos y no pertenece nadie.


Detrás de escena

En la Ilíada el escudo se describe como terrible y pavoroso, pero también como bello y primoroso, y esta última determinación resultará fundamental para comprender su carácter y el de su portador. La caracterización del Escudo está expresada como un microcosmos en el sentido más amplio, esto es, como un micro-relato del conjunto kosmos - polis la maestría del dios artesano es tan grande que los objetos del escudo parecen animados y como si fuesen reales, por lo que es inevitable que quien contemple el escudo no sienta que se halla en presencia de la cosa misma que, como se ha dicho, es actuante y móvil.
Interpretar, entonces, el Escudo de Aquiles como un microcosmos significa entender las potencias cósmicas no por sí mismas sino en su relación tanto temporal, como espacial con el mundo de lo humano. Este mundo, por su parte, está configurado por una comunidad de niños, jóvenes, mujeres, hombres y ancianos, cuya comprensión primaria se da en el contexto de la paz, lo que en ningún momento elimina el conflicto potencial entre individuos, aunque sí lo canaliza a instancias normativas. Cuando se llega a una situación de guerra entre diferentes ciudades, salen a la luz oscuras potencias primordiales que entran en la constitución de lo humano, que se decantan por la barbarie sin límite, tanto hacia los vivos, como hacia los muertos. En el ámbito de la agricultura y del pastoreo se conjuga el trabajo con la celebración, en el cambiante contexto de las estaciones. La fiesta de la comunidad es la culminación del mundo de lo humano.
De lo anterior puede concluirse que en el escudo se sintetiza el carácter heroico de Aquiles. Como lo ha dicho el dios artesano, las armas no salvarán la vida del héroe, pero si causarán admiración en quien las vea, lo que debe entenderse por referencia a su usuario propio, Aquiles

Ahora bien, la totalidad del Escudo habla del conjunto de la vida humana, determinada por el cosmos y la Naturaleza, pero constituida en lo fundamental por instituciones sociales. En el momento en el que, según el plan de Zeus, los tiempos heroicos llegan a su fin con la destrucción de Ilión, es determinante que el mayor de los héroes abra el espacio para la conformación definitiva del nuevo mundo que ahora empieza.


El Escudo, por supuesto, puede entenderse como la descripción del mundo de lo humano, destinada ella misma a constituir su propio cumplimiento.



Fuente: Mas info sobre el Estudio Ilíada

(*) "La comprensión del arte abstracto no requiere de un extensísimo bagaje filosófico ni el dominio de artes estéticas; basta con abrir la mente, ajustar la mirada y disponer nuestra sensibilidad. Las lecciones académicas aquí no sirven, el razonamiento puede aguardar un instante para dejar que las emociones asuman su lugar y cumplan con su cometido. Hay cosas que, para apreciarlas mejor, exigen sentimiento y allí comienza el sentido. Cada pintura de Nix Ruo es una historia, escúchala con las pupilas. La abstracción es un encuentro".

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